Todo tipo de animales salvajes llegan al aeropuerto internacional de Bankok desde lugares como Birmania, Laos y Camboya que desde allí salen para países como Dubai, China, un excelente mercado para pieles, marfil y carnes exóticas.
El tráfico de animales es el negocio más rentable detrás del de las drogas y las armas, moviendo anualmente unos 10.000 millones de dólares.
Los animales son comercializados como mascotas exóticas para circos, exposiciones o coleccionistas, pero también sus pieles, huesos, colmillos u órganos son destinados, sobre todo para la medicina tradicional, aunque también para vestimenta o decoración.
El tráfico de especies es la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo, después de la destrucción de hábitat. La pérdida de biodiversidad afecta a los suministros de agua potable y la producción de alimentos, y priva de recursos económicos a las comunidades locales. En los países en desarrollo, las familias rurales a menudo dependen de los animales y plantas silvestres para sus necesidades económicas. Los ingresos por turismo, por ejemplo, pueden perderse si los países en desarrollo no pueden depender de sus especies tan únicas para atraer visitantes.